Empieza la cuenta atrás. Poco más de dos semanas y me encontraré de nuevo en el camino, persiguiendo una vez más la milenaria ruta de la flecha amarilla.
La maquinaria está a punto. Las sabias manos del señor Luis de Castro, antiguo mecánico del "equipo Orbea" han afinado y rejuvenecido la "burra" que relincha de ganas de salir a los caminos a tragarse los kilómetros. Por mi parte siento algo parecido; aún no relincho pero casi. Curiosamente, he tocado poco la bicicleta. En una de mis primeras salidas los nuevos pedales automáticos me traicionaron y me fuí al suelo tontamente. Poca cosa, pero la rodilla izquierda quedó un poco maltrecha y tocaba cuidarla. A cambio, la piscina está siendo un estupendo recurso para afinar las cuerdas, tanto física como emocionalmente.
Todos los viajes son diferentes, tras el destino incierto nos aguarda la fortuna. En 2004 la meta era Santiago de Compostela, por el tradicional "camino francés". En 2006 tuve compañía; Unai, el "jockey de la 5º carrera" me acompañaba a explorar un tramo de ruta recien restaurado, el "camino vasco del interior". Llegamos hasta Santo Domingo de la Calzada, donde se cruza con el camino francés, y de allí vuelta en tren hasta Donostia.
En esta ocasión retomo una idea surgida en mi primer viaje, llegar a Fisterra, 89,5 km más allá de Santiago. En este mítico fin del mundo, donde el sol se funde con el Atlántico al atardecer, es donde los peregrinos recogían su concha de vieira en el arenal y ante la visión del oceano inmenso quemaban sus viejos ropajes en un rito que significaba la purificación.
Tengo prevista la salida para el 31 de agosto en Roncesvalles, Navarra.
Trataré de actualizar el blog diariamente con alguna foto, pero tampoco sería extraño que desapareciera durante algunos días pues esta aventura, afotunadamente, da para eso y para mucho más.
5 comentarios:
Así que por fín te lanzas a la aventura! Como te dije me das una envidia terrible, pero el maldito lastre del trabajo (entre otras cosas)me tiene preso aquí, sino sería el primero en desempolvar mi "burrita". Seguiré tus peripecias y te mandaré mis ánimos y mucha energía positiva. Todo lo mejor para este viaje compañero. Un abrazo grande!
Buenos dias, Ajuan.
Se ve que te hace mucha ilusión. Yo no lo he hecho nunca pero imagino que es una "viaje" lleno de significado. Si repites, será por algo.
No sabía que hubiese flechas amarillas ni conocía la tradición al llegar a Fisterra. Tampoco tenía ni idea de que hubiese pedales automáticos... Jo, y encima sirven para lesionarte... ;)
Con el señor de Castro estarás en buenísimas manos, técnicamente seguro.
¿Cuánto tiempo le das a este proyecto? ¿Dos semanas o más?
Te deseo que lo pases muy bien, que lo disfrutes mucho y que encuentres muchas cosas bonitas nuevas y enriquecedoras.
Un abrazo.
Jajaja... los pedales automáticos son esos que llevan los "pofesionales; en vez de llevar calapies con correas, los automáticos se enganchan a las zapatillas mediante un mecanismo instalado en las suelas. Así aprovechas mejor la fuerza de cada pedalada.
Ah y los pedales no lesionan... estaba haciendo un recorrido que me conozco casi de memoria cuando me encontré que a unos simpáticos vecinos se les había ocurrido poner una cadena cruzando un camino en medio del monte, para fabricarse un parking particular.
La falta de costumbre de llevar los pies enganchados al pedal hizo el resto...
Tengo 20 Dias para esta aventura pero espero que me sobre alguno para vaguear un poquito y recuperar fuerzas.
Un fuerte abrazo
Juan, querido amigo, cuídate mucho, y cuando llegues a Fisterra, piensa por un segundo siquiera en mí, así, de ese modo y de alguna manera será como si te hubiera acompañado en esta hermosa carrera. Te cuento un secreto? Jamás logré aprender a andar en bicicleta....Nunca tuve una, ni siquiera me la prestaron, y en la adolescencia, durante unos días, estuve yendo con algún conocido a aquella antigua tienda que había en la calle Prim que lo mismo reparaban bicis que te las alquilaban....yo no disponía de un chavo, y cuando lo tenía allí iba, a tratar de aprender a montar en bici...Pero pasaban muchos días de la primera a la segunda vez, y acabé con las rodillas destrozadas, y "andando en bici como si estuviera borracho". Lo más que me mantuve de pié sobre ella y pedaleando, sin zigzaguear, fueron unos veinte metros..... Comprendes ahora mi envidia? Y es que no sólo es la bici, sino que disfrutar en ese Camino a Santiago de tu compañía , de tu amena charla, ya debe ser la repera......
Ainnnssss......(suspiro) qué se le va a hacer, tan sólo me queda desearte que tengas el mejor tiempo posible, que vayas y vuelvas sano y salvo, que no te pongan ruedas a nada que no las tenga,je,je,je...y que cuando vuelvas, pueda volver a disfrutar de amigo.
Un abrazo muy fuerte, Juan,cuídate mucho.
Enrique.
Todavia queda una semana para preparar las cosas y salir con la burra pa Roncesvalles. Los amigos son una de las mejores razones para volver.
Un fuerte abrazo.
Publicar un comentario