sábado, 29 de agosto de 2009

"La hiedra que acaricia la concha" by Freak


La buena de Freak me ha sorprendido con esta maravilla en visperas de mi salida. Muchas muchas gracias, cosas así no le pasan a uno todos los días.
Un fuerte abrazo.

viernes, 28 de agosto de 2009

En algún lugar de Lugo, 2004


La hiedra acaricia la "concha" buscando la luz en los bosques cerrados de Lugo, mientras la sombra del bandido "Fen de Testa" parece acecharnos en lo oscuro a cada paso. Las meigas, los fantasmas o la santa compaña merodean, pero su invisible palpito no amedrenta sino a los pobres de espíritu. En algunas de las recónditas aldeas que encontramos por estos parajes, sus escasos habitantes saludan silenciosos al peregrino sin desatender sus labores. La sensacion de haber dado un salto atrás en el tiempo se mezcla con la certeza de que estos lugares ni siquiera existirían si el milenario camino no pasara por allí.
Tengo billete para Pamplona el día 31, donde debo coger otro autobús que me llevará hasta Roncesvalles.
Empieza a rondarme la cabeza la idea de parar 24 horas en algún albergue durante las primeras etapas. Paradógicamente, y pese a que me encuentro en buena forma para acometer el viaje, me siento cansado; estres prevacacional, supongo...

viernes, 21 de agosto de 2009

En algún lugar cerca de Haro, 2006



Tengo mucho cariño a esta fotografía. La saque en algun lugar cerca da Haro, en La Rioja, y me produce un especial gozo la contemplación de la maleza que va tragandose la carretera.
Creo en un futuro sin petroleo. El viscoso y sucio, el cruel protagonista del ultimo siglo tiene los años contados y sus fanáticos adoran a un dios muerto. Cierto es que viajar, algo que como nunca antes hemos tenido oportunidad de hacer en las últimas decadas, amplia los horizontes, estrecha los lazos y expande el conocimiento y la comprensión del otro. Pero si echamos cuentas actualmente no me parece a mi que el uso expansivo y comercial de esta fuente de energía haya ayudado precisamente a ello. No se me ocurre mayor monumento a la incomunicación que las atestadas carreteras actuales y su ley del mas fuerte.
La fotogrfía es de 2006 y cabe esperar que el verde manto haya seguido devorando el asfalto. Curiosamente este vial abandonado nos dió cobijo, a Unai y a mí, tras un pequeño pero peligroso percance con la bicicleta cuando inspeccionabamos la "ruta vasca del interior", una variante que se une posteriormente con el "camino francés" con destino a Santiago de Compostela.



Lo cierto es que las condiciones de esta ruta alternativa eran bastante lamentables pues muchos de los kilómetros transcurrian por carreteras atestadas de vehículos pesados. El caso es que bajando un puerto nos encontramos en los morros un tunel sin iluminación ni arcenes y casi sin tiempo para reaccionar mi rueda delantera reventó. Oh... en esas condiciones controlar una bicicleta sobre la llanta a a 40 ó 50 kilometros por hora requiere toda la adrenalina que tu cuerpo sea capaz de generar. Afortunadamente todo salió bien, pero nunca olvidaré el rugido del camión que venia a nuestras espaldas mientras el metal se deslizaba sobre el asfalto hasta que consegui detener la bici.
Levantamos rápidamente nuestras "burras" y las pasamos al otro lado de la valla para salir de la carretera, y fué entonces cuando nos encontramos con este pedacito de mundo, abandonado, pero mucho mas acogedor tras el susto sufrido. Una especie de paradoja que me dejó de aquel momento un sabor muy muy especial.

viernes, 14 de agosto de 2009

Rumbo al fin de la tierra



Empieza la cuenta atrás. Poco más de dos semanas y me encontraré de nuevo en el camino, persiguiendo una vez más la milenaria ruta de la flecha amarilla.
La maquinaria está a punto. Las sabias manos del señor Luis de Castro, antiguo mecánico del "equipo Orbea" han afinado y rejuvenecido la "burra" que relincha de ganas de salir a los caminos a tragarse los kilómetros. Por mi parte siento algo parecido; aún no relincho pero casi. Curiosamente, he tocado poco la bicicleta. En una de mis primeras salidas los nuevos pedales automáticos me traicionaron y me fuí al suelo tontamente. Poca cosa, pero la rodilla izquierda quedó un poco maltrecha y tocaba cuidarla. A cambio, la piscina está siendo un estupendo recurso para afinar las cuerdas, tanto física como emocionalmente.
Todos los viajes son diferentes, tras el destino incierto nos aguarda la fortuna. En 2004 la meta era Santiago de Compostela, por el tradicional "camino francés". En 2006 tuve compañía; Unai, el "jockey de la 5º carrera" me acompañaba a explorar un tramo de ruta recien restaurado, el "camino vasco del interior". Llegamos hasta Santo Domingo de la Calzada, donde se cruza con el camino francés, y de allí vuelta en tren hasta Donostia.
En esta ocasión retomo una idea surgida en mi primer viaje, llegar a Fisterra, 89,5 km más allá de Santiago. En este mítico fin del mundo, donde el sol se funde con el Atlántico al atardecer, es donde los peregrinos recogían su concha de vieira en el arenal y ante la visión del oceano inmenso quemaban sus viejos ropajes en un rito que significaba la purificación.

Tengo prevista la salida para el 31 de agosto en Roncesvalles, Navarra.
Trataré de actualizar el blog diariamente con alguna foto, pero tampoco sería extraño que desapareciera durante algunos días pues esta aventura, afotunadamente, da para eso y para mucho más.