viernes, 28 de agosto de 2009

En algún lugar de Lugo, 2004


La hiedra acaricia la "concha" buscando la luz en los bosques cerrados de Lugo, mientras la sombra del bandido "Fen de Testa" parece acecharnos en lo oscuro a cada paso. Las meigas, los fantasmas o la santa compaña merodean, pero su invisible palpito no amedrenta sino a los pobres de espíritu. En algunas de las recónditas aldeas que encontramos por estos parajes, sus escasos habitantes saludan silenciosos al peregrino sin desatender sus labores. La sensacion de haber dado un salto atrás en el tiempo se mezcla con la certeza de que estos lugares ni siquiera existirían si el milenario camino no pasara por allí.
Tengo billete para Pamplona el día 31, donde debo coger otro autobús que me llevará hasta Roncesvalles.
Empieza a rondarme la cabeza la idea de parar 24 horas en algún albergue durante las primeras etapas. Paradógicamente, y pese a que me encuentro en buena forma para acometer el viaje, me siento cansado; estres prevacacional, supongo...