domingo, 24 de mayo de 2009

Asier Elcoroiribe, in memoriam.



El “Surfilm Festibal” de Donostia ha incluido entre sus actividades de este año 2009 una exposición de pinturas de Asier Elcoroiribe “Raskis”, surfero, artista y mejor persona, que nos dejó hace casi ya un año.
Tuve la suerte de conocerle, y la gran fortuna de poder compartir con el alguna tarde en su estudio, donde daba rienda suelta a la gran pasión que sentía por la pintura.
Sus amigos del muro de Gros le dedicaron una emotiva ceremonia Hawaiana. Mi amigo Lance me llamó esa misma tarde para hacer las fotografías, pues el quería estar en el agua con los demás. Para mí era la oportunidad de participar en el homenaje, así que lo dejé todo y me bajé a la playa.
Tras ver las fotografías de ese día, hay una cosa que no se me quita de la cabeza, y estoy seguro que compartiréis mi parecer si conocéis la obra de Raskis. Y es que la luz de aquella tarde tenía algo especial…, la luz de aquella tarde era la luz de sus pinturas!
Quizás el manejaba los tonos con sus pinceles tras ese inmenso decorado, quien sabe…









Me viene a la cabeza la leyenda de las olas perdidas que mi amigo Atún me contaba; "como todos saben, no importa si hay 10 o 100 personas en el pico que siempre una de las mejores, o la mejor ola de la serie, se escapa y rompe sin que nadie la aproveche…..
Eso, en realidad, no es así. Esas olas son de todos aquellos que dejaron este mundo rumbo quien sabe a donde, y que en cierta manera siguen con nosotros, en nuestras vidas, y por supuesto en nuestras olas!
Esas olas que ellos creen que se escapan vacías son surfeadas por Malone, Trucha, Raskis, Esti, Alvaro, Juanillo, Juan Larzabal, Peña, Scuaty y desafortunadamente tantos más!"



Tal vez, la leyenda de algunos atardeceres nos acompañe a partir de ahora, con los colores apasionados de la paleta del amigo Raskis.





domingo, 17 de mayo de 2009

Esperando la última ola


Esta imagen de Sagües iba a ser la portada de un calendario que se quedó en proyecto.
Un calendario muy particular por cierto, pues en vez de los doce habituales constaba de catorce meses. Este trabajo era mi aportación a la instalación del colectivo ExP(V) a cuyo lema, "Ultracomercial" hacía referencia el hecho de añadir los dos últimos meses del año anterior, noviembre y diciembre. Esta ocurrencia me hubiera permitido salir a la venta dos meses antes, algo que me hacía posible competir con cierta ventaja ante la inusual proliferación de almanaques que en los últimos años nos inunda todas las navidades; ayuntamiento, bomberos, cajas de ahorro, asociaciones de churreros, etc, etc...
El proyecto fue ejecutado hasta el último detalle: diseño, presupuestos, impresión gráfica... e incluso me había asegurado la adquisición de algunas decenas de ejemplares por parte de la sociedad gastronómica Zurriola. Sin embargo, y en el último momento decidí echarlo para atrás ante el titánico esfuerzo que siempre supone tener que amortizar tamaña inversión económica sin más recursos que mi exiguo sueldo de transportista.
Este trabajo, que como ya he dicho ilustraba la portada, se compone en realidad de dos imágenes, procesadas fotográficamente de manera manual mediante una ampliadora de blanco y negro.
La primera foto la obtuve casualmente durante un paseo por la Zurriola. El gesto del hombre, que levanta los pies buscando restos de arena antes de calzar sus zapatos, me dio la idea para el montaje. Días después estaba metido en el agua disparando mi cámara hacia la orilla para obtener un segundo fotograma que me permitiera rematar la faena en el laboratorio.
Posteriormente, la foto pasó años en un cajón esperando, hasta ver finalmente la luz con ocasión de la propuesta de calendario para "ExPV Ultracomercial".
Nunca me arrepentí de haberme sustraido a la vorágine que hubiera supuesto su publicación. Me quedo con la satisfacción que supuso la buena aceptación por parte de quienes asistieron a la expo, y con su interés por saber donde podían comprarlo. Disfrutar de estas sensaciones durante el mes que duró la instalación hubiera sido incompatible con las inevitables labores comerciales de promoción y venta.
Completan esta entrada unas imágenes de la exposición, celebrada en noviembre de 2007 en la KulturEtxea de Egía.





A los componentes habituales de ExP, Josean Fermín Gorosabel, Juan Carlos Cardesín, Iñaki Gonzalez Gurpegi y un servidor, hay que sumar en esta ocasión la colaboración del amigo Roskow como "artista invitado", amén de la inestimable y brillante colaboración de Tomás Carrascal Gallardo con el diseño de flyers y cartelería.
Ah! Y el inolvidable concierto de "Los hormigones" que nos deleitaron con su música el día de la inauguración.



Versión final de la portada para el calendario


Esta entrada esta dedicada para Alicia, Dori y Pedro, con quienes entre otros ayer compartí un estupendo día que acabó precisamente en el "Bar Monpás" entre bravas y cerveza.
Muchos besos desde Donostia
Salud!

jueves, 7 de mayo de 2009

Pasaia - La Herrera: zona cero (III)



La atmósfera irreal que se levanta sobre las aguas es aun más impactante en esta cuarta y última imagen. La luz que se esconde tras la niebla es el capricho del sol, y sin embargo la memoria me traiciona cada vez que reviso esta fotografía. A nada que deje volar mi imaginación casi puedo sentir el rugir de los motores de una enorme embarcación. En su proa, un enorme foco le guía entre la bruma camino de la bocana del puerto, en busca del ancho mar.
Un par de apuntes más. El barco chiquito de la imagen se encarga a diario de recoger los residuos de la superficie del agua. El fondo de la bahía es otro cantar, tras décadas de vertidos industriales y actividad mercantil...
Los barcos de pesca cada vez mas escasos hacen probablemente acopio de víveres antes de zarpar. Época de vacas flacas... la desmesurada voracidad de las artes industriales de pesca han llevado a la mismísima anchoa al borde de la extinción.
Al fondo, en el margen izquierdo de la fotografía podemos entrever la enorme chimenea de la central térmica de Pasaia, una de las mas contaminantes de europa, un monumento a la barbarie en un entorno con una población de más de 20.000 personas, contando solamente Pasaia y Lezo.
Greenpeace ya se ha colgado de ella varias veces para denunciarla, pero nuestras autoridades siempre nos recuerdan la importancia estratégica de la energía para justificarla.
Se olvidan de la importancia estratégica que para el ciudadano de a pie tiene la conservación de la propia salud. Claro, ellos no viven bajo esa chimenea.
La próxima entrada será más positiva, lo prometo, también tenemos cosas bellas.
Salud!

domingo, 3 de mayo de 2009

Pasaia - La Herrera: zona cero (II)



Seguimos paseando muy de mañana por la bahía de Pasaia.
Entre los comentarios de la entrada anterior, el amigo Enrique me pregunta si era intencionado el plano inclinado en la composición de la fotografía. Es probable que así fuera. El caso es que me había levantado a las cuatro y media de la mañana para ir a trabajar, y había visto la densa capa de niebla posada sobre el puerto. Cuando a las nueve de la mañana pude por fín sacar un momento y recoger mi camara, temía que la niebla se disipara ante mis ojos.
Pero aguantó. Probablemente sí que haya algo de precipitación en esa foto Enrique, pues te puedo asegurar que llegué con la lengua fuera. Sin embargo me inclino por pensar que en el último instante las dos gaviotas en la parte superior derecha me incitaron a girar la cámara y así es como a veces surge la composición. La losa del suelo y la luz que entra por la parte superior izquierda hicieron el resto y probablemente me dipararon el dedo.


Las dos fotos de esta entrada siguen cronológicamente a la que os comentaba anteriormente y están sacadas a contraluz. El sol crea espectaculares luces, en las que también se puede adivinar el polvo óxido de la chatarra que las gruas extraen de las barrigas de los barcos.
Hace unas semanas una publicación local informaba de que este puerto "es un referente estatal respecto a la no gestión ambiental". Eso significa, por ejemplo, que ese polvo que tanto se agradece estéticamente en estas fotografías, te resulta algo mas engorroso cuando se pega al alfeizar de tu ventana...
O cuando lo intuyes sobre la ropa blanca tendida en tu patio...
Eso por no hablar de los pulmones claro...