La
atmósfera irreal que se levanta sobre las aguas es aun más
impactante en esta cuarta y última imagen. La luz que se esconde tras la niebla es el capricho del sol, y sin embargo la memoria me traiciona cada vez que reviso esta fotografía. A nada que deje volar mi imaginación casi puedo
sentir el rugir de los motores de una enorme embarcación. En su proa, un enorme foco le guía entre la bruma camino de la bocana del puerto, en busca del ancho mar.
Un par de apuntes más. El barco chiquito de la imagen se encarga a diario de recoger los residuos de la superficie del agua. El fondo de la bahía es otro cantar, tras
décadas de vertidos industriales y actividad mercantil...
Los barcos de pesca cada vez mas escasos hacen probablemente acopio de
víveres antes de zarpar.
Época de vacas flacas... la desmesurada voracidad de las artes industriales de pesca han llevado a la mismísima anchoa al borde de la extinción.
Al fondo, en el margen izquierdo de la fotografía podemos entrever la enorme chimenea de la central térmica de
Pasaia, una de las mas contaminantes de
europa, un monumento a la barbarie en un entorno con una
población de más de 20.000 personas, contando solamente
Pasaia y
Lezo.
Greenpeace ya se ha colgado de ella varias veces para denunciarla, pero nuestras autoridades siempre nos recuerdan la importancia
estratégica de la energía para justificarla.
Se olvidan de la importancia estratégica que para el ciudadano de a pie tiene la
conservación de la propia salud. Claro, ellos no viven bajo esa chimenea.
La
próxima entrada será más positiva, lo prometo,
también tenemos cosas bellas.
Salud!